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Iberoamérica

Fernando Martín (PIP): «Que uno sea dueño de su propia casa y que no manden sobre uno los extranjeros»

El 20 de octubre de 1946, el Dr. Gilberto Concepción de Gracia funda el Partido Independentista Puertorriqueño. Fernando Martín es el Presidente ejecutivo del Partido y fue senador en los periodos de 1988 a 1993, y del 2000 al 2004. Encabezó además el grupo de 134 “desobedientes” en Vieques por lo que sufrió cárcel en Puerto Rico y EEUU. Al mismo tiempo que digerimos la noticia de la intervención, o mejor dicho el saqueo, de Washington (FMI) y Belín (UE), es cada vez más difícil evitar el debate de la soberanía. Más cuando llevamos camino de convertirnos en un protectorado. En los últimos años, y cada vez más, Iberoamérica es un ejemplo de lucha por la soberanía y la independencia nacional. Hice esta entrevista en Noviembre del 2010, y tiene el valor de un país situado en el corazón de una de las regiones donde se están produciendo mayores transformaciones, y que al mismo tiempo sigue encadenado al dominio norteamericano.

¿Cuáles son ahora las condiciones para la independencia de Puerto Rico?, ¿en que fase están o cuál sería el siguiente paso?

Estamos en la fase de forzar que el Congreso de EEUU tenga que enfrentar sus responsabilidades colonizadoras con Puerto Rico. Históricamente el Gobierno y el Congreso de EEUU han tenido una política de diseño primero y de sostenimiento y promoción de la relación colonial con Puerto Rico, y esa política con el correr de los últimos años, particularmente desde el final de la Guerra Fría, ha perdido sus fundamentos. Realmente la presencia de EEUU ya no pasa por la idea de anexionar a Puerto Rico, que es inconcebible para ellos, porque desde el punto de vista cultural y lingüístico es una especie de “donante no compatible” con el organismo del federalismo norteamericano. Por otra parte la idea de la independencia supone para EEUU incertidumbre, cambio y elementos desconocidos e innovadores. No existen precedentes modernos para este tipo de situación en la que EEUU haga independiente a una posesión después de concederle, hace muchos años, la ciudadanía y la nacionalidad. Es una perspectiva que miran como complicada, por lo que la inercia les lleva a una política de continuidad del régimen.

En Puerto Rico, por el contrario, los cien años de persecución del independentismo, y los cien años de promoción de la política de amenaza y chantaje, de promoción de una visión catastrofista de lo que significaría el independentismo, ha reducido la simpatía electoral o explícita hasta el punto de que hoy el independentismo es muy minoritario. Pero no cabe duda de que esto es una “punta de témpano”, es más lo que hay debajo de la superficie que lo que hay encima. En el momento en el que las circunstancias sean propicias no tengo duda de que florecerá el independentismo en todo el país. Después de todo la unidad cultural y el sentido de identidad nacional y latinoamericano es muy poderoso.

Para que EEUU tome decisiones respecto a Puerto Rico hay que asegurarse de que no pueden seguir posponiéndolo. Mientras no tengan que enfrentar el dilema, el colonialismo continuará de día en día. Para el Partido Independentista estimular que el Congreso tenga que tomar una decisión es nuestra agenda táctica principal. Y no tenga duda de que en el momento en que enfrenten el problema en estos tiempos, no hace veinte años, el mismo Congreso tendrá que reconocer que la única alternativa posible para Puerto Rico, y a la larga para los EEUU también, es la independencia de Puerto Rico.

¿Cuál es hoy el papel de Puerto Rico como enclave geoestratégico?

El valor geoestratégico de Puerto Rico ha disminuido de manera dramática. No es ni una sombra, ni un pálido reflejo de lo que fue durante la Guerra Fría por las razones que conocemos, y a principios de siglo por el dominio del sistema del Canal de Panamá, el dominio del Caribe, la preocupación de que pasara a manos de otra potencia al haberse ido España…

La mejor prueba es que mientras Puerto Rico era hace años una importante base militar norteamericana, tanto naval como aérea, incluyendo la base naval más grande de EEUU fuera de su territorio continental, ahora eso ya no existe. De la noche a la mañana los EEUU cerraron su base principal, además del famoso episodio de desobediencia civil en el que participó nuestro partido de manera tan destacada, para sacar a la marina de sus prácticas militares en la isla de Vieques; todo eso hizo que se promoviera un proceso de re-examen del valor estratégico y militar de Puerto Rico para EEUU, y el resultado fue su reconocimiento de que en estos tiempos, entrado el siglo XXI, con toda la transformación tecnológica, era un anacronismo la idea de Puerto Rico como base militar.

De la misma manera que el valor militar de Puerto Rico para EEUU está muy venido a menos, prácticamente cero, es igualmente cierto que la importancia que antes tenía para las grandes compañías norteamericanas, como un centro de manufactura que generaba ganancias exentas de pagar tributos en EEUU, ese estado de cosas, también cambió. El código de rentas internas de EEUU fue enmendado en el 2005, hasta el punto que las ganancias de una compañía en Puerto Rico hoy son tratadas, desde el punto de vista tributario y fiscal, igualito que si esas ganancias fueran generadas en Chile o en China. O sea que los grandes cancerberos, protectores y promotores del colonialismo, y las Fuerzas Armadas, ya hoy no tienen el interés real y estructural concreto que antes tenían.

Las reivindicaciones de independencia y soberanía nacional se justifican en sí mismas, y más para una antigua colonia, pero ¿cuáles son las condiciones que sufre hoy Puerto Rico fruto del colonialismo?

Como usted señala con toda corrección, más allá del valor inherente, y del valor democrático, el colonialismo significa la violación de la democracia, porque supone que Puerto Rico vive bajo un régimen jurídico en el que las leyes más importantes que se aplican se aprueban en la asamblea legislativa de otro país, sin la participación de los puertorriqueños. Así es que más allá del elemento valorativo que tiene el que uno sea dueño de su propia casa y de que no manden sobre uno los extranjeros… en el caso concreto, práctico, la relación colonial se ha vuelto, si no es que lo fue siempre, una auténtica camisa de fuerza para el desarrollo político, económico y social de Puerto Rico, porque en un mundo crecientemente globalizado carecemos de las herramientas para poder vincularnos con los desarrollos que están ocurriendo en la humanidad, y no tenemos más alternativa que ser una especie de rabiza de las políticas de los EEUU, sin tener representación ni influencia en ellas. La realidad es que el colonialismo se ha convertido en una piedra que lastra el desarrollo de Puerto Rico, porque depende de normas elaboradas en EEUU, para beneficio de EEUU, y que al aplicarse aquí no tienen mayor sentido. Eso queda evidenciado en la debacle económica que ha venido sufriendo Puerto Rico en las últimas décadas, hasta el punto de que junto con Haití es el único país que lleva, en toda Latinoamérica, tres años de crecimiento negativo corridos.

La crisis está repercutiendo así de manera mucho más violenta en Puerto Rico, ¿no?

No solo eso, sino que en Puerto Rico la recesión, el proceso de decrecimiento económico, había empezado en el 2004. Es como cuando en la sección del tiempo, en las noticias, dicen que los terrenos están saturados y que cualquier lluvia, por más leve que sea puede producir inundaciones… pues los terrenos estaban más que saturados en Puerto Rico cuando llegaron de manera formal los efectos y consecuencias de la recesión en el 2007 y 2008. La situación económica es muy grave. El Gobierno está en quiebra y sus márgenes prestatarios fundamentalmente están agotados, la tasa de participación laboral es probablemente de las más bajas del mundo, y sin embargo la tasa de desempleo ronda alrededor del 18%. Vamos para cinco o seis años de crecimiento negativo corrido y no hay perspectiva, a corto plazo, de que vayamos a salir de eso. O sea que salir del régimen colonial, dejar atrás la subordinación política, más que ser meramente un objetivo deseable por razones éticas, históricas y nacionales, se vuelve ahora una radical necesidad.

¿Cuál es el tratamiento actualmente del independentismo en Puerto Rico, por un lado por parte de EEUU y por otro de la sociedad puertorriqueña?

Con respecto a EEUU terminada la Guerra Fría hubo una transformación, como es natural, de los términos, de la relación y de su actitud hacia el independentismo puertorriqueño. Aquí se pasó por una época de confrontaciones muy duras y muy agudas, y eso, vamos a decirlo así, ha ido amainando en la medida en la que esa crispación y actitudes de la Guerra Fría han ido quedando atrás. Eso no quiere decir, sin embargo, que no haya en la cultura puertorriqueña un muy vivo recuerdo, y que la identificación de un puertorriqueño con la causa de la independencia va a significar siempre una posible fuente de prejuicio y discriminación. Y eso hace que al mismo tiempo que es muy respetado por todo el país sea visto como una especie de incursión en una vida peligrosa o azarosa. Así es que si bien la persecución no es ni una sombra, ni se parece a la que hubo en otro momento, sigue habiendo un gravamen en ser independentista.

Es un fenómeno curiosísimo, porque políticamente es minoritario, en las elecciones pasadas el voto parlamentario de nuestro partido apenas llegó al 5%, pero en realidad uno sabe que a poco que escarbas, con lo que no tienes que escarbar mucho, la piel de cualquier puertorriqueño hay un independentista esperando por salir, y que no lo hace porque ha estado condicionado a pensar que la independencia es equivalente a saltar desde un cuarto piso sin paracaídas, que es el camino hacia la incertidumbre, la pobreza y el aislamiento, lo que al fin y al cabo refleja lo que fue la política de EEUU por cien años. Y mientras la independencia esté asociada por la mayoría de puertorriqueños con la incertidumbre, el número de los que la demandan va a ser pequeño. En el momento en que EEUU se vea obligado a cambiar su actitud, como se van a ver obligados a deponer la promoción y estímulo del colonialismo, en el momento en el que sea evidente que la independencia es la única posible salida descolonizadora para Puerto Rico, los puertorriqueños se sumarán no solo en gran número sino con entusiasmo. Esta es la tarea del Partido Independentista como lo ha sido desde su fundación en 1946.

¿No tuvo un mayor impulso el independentismo a raíz de la prolongada huelga universitaria que se vivió en el país?

Hubo un movimiento huelgario universitario muy amplio que duró cuatro meses, desde abril a mayo de este año. Contrariamente a otras huelgas ésta tuvo la característica importantísima de contar con el apoyo general del país. No era un estudiantado universitario aislado, por más militante que fuera, como ha ocurrido en otras ocasiones.

Es menester decir, en honor a la verdad, que no era una huelga explícitamente política en el sentido de reclamo de independencia. Tenía que ver con reclamos estudiantiles, por cierto, muy justificados. Pero no era secreto para nadie que el liderato y las figuras más importantes del movimiento estudiantil eran estudiantes independentistas y que, otra vez, aunque no era explícitamente independentista, si era un síntoma más del agotamiento del modelo económico, político y social del colonialismo en Puerto Rico, que tiene los días contados. Y no porque esto sea mi deseo o la voluntad de mi partido, sino porque la realidad del caso es que ya la relación colonial no le rinde a EEUU los dividendos y beneficios que en otro momento le rindió. Solamente la inercia de la historia la mantiene caminando. En el momento en que el Congreso no pueda seguir evitando la cuestión, de la misma manera que llegaron a la conclusión de que era hora de irse del campamento de tiro de Vieques, y de que era hora de cerrar sus bases militares en Puerto Rico, llegarán a la conclusión de que es hora de abandonar una política imperial que ya es del todo obsoleta.

¿Qué posición tienen y qué relación con los diferentes movimientos y transformaciones que se están produciendo en Latinoamérica conquistando su independencia frente a EEUU?

Esta es una de las enormes noticias del momento, una Latinoamérica que va descubriendo de forma dramática e imponente su propia identidad continental. Y por encima de las diferencias ideológicas es evidente que se está haciendo realidad aquella predicción de Bolívar de que la razón fundamental por la que América Latina debía independizarse era “para restaurar el balance del Universo”. Esas son las tendencias que estamos viendo, más rápidas o más lentas. Por eso la independencia de Puerto Rico es un barómetro en torno al enfrentamiento con EEUU. La independencia se dará, en parte, por la intermediación de esa América Latina frente a EEUU.

Acerca de Joanen Cunyat

Director de la revista cultural Foros21. Miembro del equipo coordinador de los Ateneos21. Redactor y presentador en De Verdad TV. Redactor Jefe de Cultura y Director de Comunicación en De Verdad Digital. Jefe de sección en la revista Chispas. Miembro de la Coordinadora Estatal y viceportavoz de Recortes Cero y portavoz en la Comunidad Valenciana. Coportavoz de la Mesa Estatal por el Blindaje de las Pensiones (MERP)

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